Estoy en Madrid física y mentalmente agotado. El tren nocturno no es lo que era o quizás sea yo el que ya no soy el que era. Lo único bueno es que habían dos coreanas en mi vagón muy divertidas y que a pesar de dormir poco no me entristecí.
Y luego mucho trabajo. Llamadas a los clientes para quedar mañana, papeleos, contratos, y ese rollo.
Por la tarde he estado en la T4 para familiarizarme y chequear donde están los mostradores para facturar a grupos. La última vez que estuve allá me dio un subidón importante porque mis dos guías pequeñajas estaban en una esquina del quiosco, parecían intimidadas por una guía gorda de Grecia. Me quedé mirando a mi alrededor y me entraron ganas de decirle a alguien: ¡Eh estas dos las he escrito yo!
Ha sido extraño estar en el aeropuerto para no volar. Quizás por eso me he acordado del de Barcelona y me ha dado morriña. Cuando tengo sueño estoy más sensible de lo normal. No es que haya estado triste sino melancólico. Fumaba así, en pose, achinando los ojos, a caladas profundas, sintiéndome un tío importante... y luego se me ha pasado porque me ha dado hambre. No soy constante.
Al volver al centro de Madrid me he fijado en una parada de metro que se llama "Mar de cristal". No sé por qué extraña asociación de ideas me he acordado del cargo de una autoridad, mi cargo favorito: "Secretario del mar". Es extraño que una estación de metro y un cargo político tengan nombres tan poéticos, me gusta, la belleza se encuentra cuando se busca, el que no se consuela es porque no quiere o no tiene imaginación.
Si todo va bien la próxima vez que escriba mi blog estaré en Vietnam. Pienso en la gente a la que quiero. Mañana a las 4.30am en pie. Un último esfuerzo, y luego a volar.
Secretario del mar.. Me acordaré de tí Jorgito cuando le vea venir :) Muy interesante tu descripción de Vietnam. Parece mentira que sin haber estado no le puedes poner forma a las montañas ni caras a sus gentes, bueníssimo imaginar entonces. Sigue con tu buen viaje, amigo!!
ResponderEliminarJoana:)